Una voz en la habitación


Toda la familia Thompson se encontraba cenando en el comedor de la casa. Estaban reunidos para conmemorar el primer mes de la partida de la tía Eugenia. El único ausente era el pequeño Ronald, de seis meses, que dormía en la habitación de arriba.

De repente, se oye a través del intercomunicador, el llanto imparable del bebé, y antes de que la madre empezase a subir las escaleras, se escuchó por el aparato una voz que decía: “Lo siento mi precioso, no quise despertarte, pero moría por cargarte una vez más”.

Después hubo una especia de interferencia y el intercomunicador se apagó, al igual que las luces de la casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores